jueves, 31 de diciembre de 2009

Mis mejores deseos

Hay luces por todos sitios estos días, que más que iluminar, adornan.
Bullicio en las calles comerciales. Encuentros fugaces con los conocidos con expresión de nuestros mejores deseos. El deseo, motor del mundo, proyectador de personas. En la existencia franca y la presencia completa el deseo se purifica. En el silencio, pierde ímpetu y gana alcance. Reconocido y acogido en su origen, el deseo se redirecciona de forma más conveniente, si no se ordenaba adecuadamente. La conciencia de nuestros deseos es nuestro mejor aliado. Pero ellos se esconden, se disfrazan, se atropellan en nuestra mente porque algunos pretenden conseguir su objetivo sin ser objetivados por nosotros. Mirarlos, reconocerlos, investigar con curiosidad su aparición o su presencia nos construye, nos alecciona sobre quienes somos. Es preciso tener ese tiempo en nuestra relación con ellos para poder seleccionar realmente a nuestros mejores deseos... Y entregarlos a los que queremos...

jueves, 30 de julio de 2009

El verano

Todo se ha enlentecido. El calor de estos días ralentiza nuestros ritmos vitales. Más tiempo en casa para evitar las horas de calor. Tumbona y mirada perdida en el mar, siempre el mismo y siempre distinto, como nosotros mismos. Embaucador de miradas, como el río, como la lluvia, como el fuego, porque nos hablan de nosotros y eso nos interesa. Porque nos dejan escucharnos a nosotros mismos, cosa que nosotros no nos permitimos. Tiempo de observar el devenir de los acontecimientos y la impronta emocional que dejaron en nosotros. Tiempo de tomar conciencia de nuestros pensamientos y preguntarnos con curiosidad de dónde súrgen, porqué en este momento, qué mensaje nos traen de nosotros mismos. Sin apartar rápidamente a los desagradables y si aferrarse a los placenteros. Dedicando un tiempo a cada uno y luego despidiéndolos amablemente. Y tras esto volver a sumergir la vista en las páginas del libro abandonado momentaneamente en las piernas para recobrar el hilo de la novela, hasta que de nuevo ella nos remita a nuestra historia siempre insuficientemente asimilada. La calma exterior propiciando la escucha de nuestro interior bullicioso pero siempre insuficientemente escuchado.

sábado, 21 de febrero de 2009

Divertimento puramente literario

Aunque podría reconstruir a la perfección la silueta de sus labios recordando las sensaciones tactiles que le provocaron. Aunque nunca encontró un hogar más acogedor que la blandura de sus senos. Aunque no hubo nunca un reproche, una exigencia, una noche sin plácida complacencia mutua, ni se perdió el brillo de sus ojos en ningún momento mientras se miraban, hacía ya muchos años que no se habían vuelto a ver. Ahora la tarde tibia de comienzos de primavera le había traído su recuerdo de mirada limpia y piel casi transparente. Ahora que andaba atormentado por indecisiones y prisas, por exceso de trabajo y cansancio de larga evolución provocados por el tedio eterno de la existencia rutinaria de cualquier mortal, se aferraba a su recuerdo una y otra vez como quien desea el oasis atravesando el desierto. El desierto de su desconcierto actual y aquella vida diaria seca en que se había convertido el comienzo de su quinta década. Ahora que ya había aprendido a caminar con las pasiones más o menos refrenadas, que había encontrado la estabilidad emocional necesaria para ir asumiendo los avatares habituales de la vida sin que le produjeran grandes desgarros. De nuevo el deseo vehemente de verse reflejado en los ojos azul grisaceo de aquella mujer de piel tersa y ademanes lentos que le acogió en su pecho solo durante unos pocos días. Cuando abrió la puerta de su casa y dejó de sentir la calidez del sol en la cara su mujer le espetó: "Me voy a vivir a casa de mi hermana unos días, porque no acabo de ver claro lo nuestro".

viernes, 30 de enero de 2009

El bonsai

Me sorprendió el otro día cuando descubrí unas minúsculas yemas de un verde casi transparente. En pocos días ya eran muchos los brotes en las anudadas ramas oscuras. A principios de diciembre ya se habían caído casi todas las hojas. Unas cuantas han sido testigos del invierno, perseverando en su verde oscuro que contrasta ahora con la juventud y la esperanza que expresan los nuevos brotes. Lo miro despacio, conozco la disposición de sus proporciones, tengo un proyecto para cada rama, pinzaré con cuidado los brotes, empezaré a regarlo y a abonarlo con más frecuencia... Cuando me paro ante él me habla del paso del tiempo, de los ciclos vitales de crecimiento o espera sosegada hasta que las condiciones son más favorables. Me pide constancia en los cuidados, pero me promete sorpresas como las de los últimos días. Pararme ante él a escuchar sus necesidades y aportarle con delicadeza los cuidados que necesita tiene algo de ejercicio vital saludable y entrenamiento para la vida, que está llena de oportunidades para hacer lo mismo con... Concluye tú mismo la frase.

sábado, 10 de enero de 2009

Poder elegir

Gran nevada sobre Madrid. La ciudad colapsada, Barajas cerrado. Hay que buscar enseguida un culpable, o mejor, muchos. Esa es la conclusión, todo el mundo tiene la culpa: el Gobierno central, la administración autonómica, la municipal. A lo mejor simplemente es que ha nevado mucho. La gente muy enfadada por no poder ir a trabajar. Sólo los niños disfrutándolo, veo en la televisión. Todos los adultos se lo pierden. Nos perdemos la vida cabreándonos contra lo imprevisto. Hoy en día lo podemos elegir todo. La muerte del Duque en Sin Tetas no Hay Paraíso se emite con dos finales, uno desgraciado y otro feliz, a gusto del consumidor. Quédate con el final que más te guste. Pero cuando no podemos elegir decimos ¿Pero es que nadie puede controlar este mal tiempo que me está fastidiando? Y buscamos culpables. Poder elegir lo que se quiere...o querer elegir lo que se puede. A lo mejor con este planteamiento nos iría mejor.