lunes, 29 de diciembre de 2008

Globalización del sentido

Nos empeñamos en entender. Hay sucesos imposibles de entender. Las injusticias desgarradoras, la enfermedad, la muerte... Pero también cosas que nos pasan y no esperábamos, contratiempos que nos rompen nuestros esquemas y nos revelamos contra ellos. Preguntamos ¿porqué? Imaginaos que viéramos sólo una escena de una película y quisiéramos comprenderla completamente. Siempre habría cosas que no entendemos. Necesitaríamos ver la película completa para entender todo el significado de esa escena. ¿Tiene sentido una sola tesela de un mosaico? Cogeríamos a la piedrecita y diríamos, ¿qué pinta esto aquí? Pero tiene su sitio y su color. Es importante que esté ahí para la imagen que conforma. Lo mismo sucede con la palabra y su contexto, con los silencios en la música... A veces no nos queda más que esperar, sin entender. Esperar a que se nos revele el sentido con el paso del tiempo. A que se nos muestre la película completa, a poder encajar lo parcial en lo global. Conformarnos con no entender y confiar.

miércoles, 17 de diciembre de 2008

Capacidad de admiración

En la entrada a mi consulta han colocado el Belén del Centro de Especialidades este año.
A lo largo de toda la mañana ha habido un grupo numeroso de señoras mayores sentadas en círculo a su alrededor, contemplándolo. Muchas estaban esperando a ser vistas en otras consultas de la planta, pero se venían aquí, a esperar mirando absortas el misterio. Ni una palabra, se oía, entre ellas, solo miraban. Nuestra vida diaria está llena de misterios. No sólo es un milagro andar sobre las aguas, también lo es andar sobre el suelo. Cada respiración lo es. Cada rostro, cada gesto, cada suceso está ensartado como una cuenta más en el inescrutable collar de nuestra existencia. Pero hace falta una mirada atenta y que se deje sorprender para encontrar su verdadero sentido. Cuando mi niña me enseña de pronto uno de sus todavía difícilmente interpretables dibujos me pide: "Pero sorpréndete mucho, Papá". Ella sí conoce y disfruta el sabor de las pequeñas sorpresas. Me propongo descubrir y disfrutar en estos días las hazañas cotidianas, los pequeños gestos valiosos, los matices de luz en los paisajes de invierno, para que no se pierdan sin ser admirados en el eterno fluir del tiempo.

sábado, 13 de diciembre de 2008

El mal tiempo

Tarde de perros. Lluvia, frío, algo de viento, cielo gris. La ciudad casi desierta. Por las calles, sin embargo, resaltan los neones que proclaman la importancia de comprar mucho. Oía en la radio el otro día que es una responsabilidad social consumir en estas fiestas, para los que pueden claro, y así ayudar a reactivar la economía. Los colores vivos de los anuncios contrastan con la escasa luz de la tarde. Tras las ventanas de las casas se desarrolla la vida de la gente en su intimidad, se tejen las relaciones familiares de encuentro y desencuentro, los ancianos acompañan su soledad con programas televisivos, quedan los amigotes para el Barsa-Madrid de dentro de un rato... La inclemencia del tiempo nos confina en los hogares, donde lo interior se cultiva más. Las marcas se quedan fuera luciendo, reclamando atención, poniendo como excusa la Navidad para atraerla. El mal tiempo como aliado de la intimidad. A mí me ha puesto a escribir estas lineas esta tarde.

viernes, 12 de diciembre de 2008

Darnos un respiro

Todo el mundo lo necesita ¿no? La publicidad nos lo ofrece por todos sitios. Casi todo sirve para nuestro descanso, nuestro relax, nuestra comodidad. Respirar tranquilos es lo que todos necesitamos. Las marcas lo saben y lo utilizan como reclamo para atraernos hacia sus productos. Pero, ¿y si lo que necesitamos fuera sólo respirar? Simplificarnos la vida y percibirla en sus matices. Razonar menos y darnos cuenta más. Percibir y sentir más y deducir menos. Las sensaciones nos traen al presente, la mente nos hace volar al futuro o al pasado. Ya está bien de tanto darle vueltas, voy solo a respirar...