sábado, 13 de diciembre de 2008

El mal tiempo

Tarde de perros. Lluvia, frío, algo de viento, cielo gris. La ciudad casi desierta. Por las calles, sin embargo, resaltan los neones que proclaman la importancia de comprar mucho. Oía en la radio el otro día que es una responsabilidad social consumir en estas fiestas, para los que pueden claro, y así ayudar a reactivar la economía. Los colores vivos de los anuncios contrastan con la escasa luz de la tarde. Tras las ventanas de las casas se desarrolla la vida de la gente en su intimidad, se tejen las relaciones familiares de encuentro y desencuentro, los ancianos acompañan su soledad con programas televisivos, quedan los amigotes para el Barsa-Madrid de dentro de un rato... La inclemencia del tiempo nos confina en los hogares, donde lo interior se cultiva más. Las marcas se quedan fuera luciendo, reclamando atención, poniendo como excusa la Navidad para atraerla. El mal tiempo como aliado de la intimidad. A mí me ha puesto a escribir estas lineas esta tarde.

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