viernes, 30 de enero de 2009

El bonsai

Me sorprendió el otro día cuando descubrí unas minúsculas yemas de un verde casi transparente. En pocos días ya eran muchos los brotes en las anudadas ramas oscuras. A principios de diciembre ya se habían caído casi todas las hojas. Unas cuantas han sido testigos del invierno, perseverando en su verde oscuro que contrasta ahora con la juventud y la esperanza que expresan los nuevos brotes. Lo miro despacio, conozco la disposición de sus proporciones, tengo un proyecto para cada rama, pinzaré con cuidado los brotes, empezaré a regarlo y a abonarlo con más frecuencia... Cuando me paro ante él me habla del paso del tiempo, de los ciclos vitales de crecimiento o espera sosegada hasta que las condiciones son más favorables. Me pide constancia en los cuidados, pero me promete sorpresas como las de los últimos días. Pararme ante él a escuchar sus necesidades y aportarle con delicadeza los cuidados que necesita tiene algo de ejercicio vital saludable y entrenamiento para la vida, que está llena de oportunidades para hacer lo mismo con... Concluye tú mismo la frase.

No hay comentarios:

Publicar un comentario