miércoles, 8 de agosto de 2012

Cambio de ciclo

Levanto la vista del libro porque me parece que he olido el jazmín. Me levanto con la calma que me aporta la buena literatura recién dejada sobre la mesa del patio y me acerco. Dos pequeñas flores blancas apenas en toda la celosía entretejida por las ramas, pero soltando su aroma denso y dulzón, aplomado aún más por la tibieza de la noche. Les doy la bienvenida con una sonrisa a la comunidad de colores formada por el malva y verde oscuro de la buganvilla, el rosa pálido de las adelfas y el blanco intenso de la señora dalia. Les agradezco acompañarme en el ejercicio íntimo y sosegado de la lectura en las noches de verano. Pero últimamente levanto la vista de las páginas con frecuencia, asaltado por preocupaciones sobre la evolución de los acontecimientos colectivos. Me da la impresión de que en los últimos años se aceleran demasiado los cambios y por tanto no se sedimentan adecuadamente los posos de su razón y su objetivo. Gran época de cambios políticos, sociales, personales... pero apresurados. "Los incendios se apagan en invierno" escucho a un lugareño afectado por la devastación del fuego. Imagino que también las crisis se resuelven en epoca de bonanza, entonces. Si hay algo de lo que estamos seguros es de que todo cambia, tarde o temprano. ¿Como conseguir la flexibilidad suficiente para adaptarnos a los cambios producidos por la evolución de los acontecimientos sin que se produzcan grandes desajustes? O quizá todo es cuestión de ciclos inevitables. Saludo de nuevo al jazmín, a quien echaba de menos desde el otoño pasado y vuelvo a la lectura.

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